2.12.2015

El poder del boceto

Muchas veces las personas ajenas al diseño y arquitectura menosprecian la existencia de los bocetos, incluso muchos 'amateurs' en las disciplinas creativas no ven el potencial de un 'sketch' y creen que las posibilidades gráficas actuales pueden resolver el problema, cosa muy lejana a la realidad; el ordenador corta, delimita, encuadra; el boceto libera, se puede quemar, retorcer, aplastar, saturar, delinear, sombrear, razgar, etc. dando una cantidad de expresiones infinitas que harán que nuestro proyecto se llene de caracter; son pequeños pedazos de cerebro arquitectónico en una hoja de papel, van más allá de verse bonitos o no y realmente son un acto de expresión pura, fuera de la estética, es como un ensayo o un párrafo empírico que expresa alguna idea o sentimiento, solo que son trazos, dibujos y espacios, un 'microverso' que ayuda a entender el génesis de un proyecto y nos remite a como surgieron las intensiones y los partidos arquitectónicos.

Muchas veces estos bocetos pasan a ser parte de la historia y la cultura; v.g los bocetos de Da Vinci o el Modulor de Le Corbusier; en otras ocasiones pueden ser bocetos 'a posteriori', como creo que Gerhy lo hace, pero al final del día son expresiones, intensiones, ideales, trazos que son el 'Bosón de  Higgs' y el alma del proyecto.

En lo personal he intentado tener cuadernos de sketch, cosa que siento que me limita mi expresión, prefiero la hoja tamaño carta limpia, perfecta y blanca frente a mí lista para que la destruya en grafito, tinta, agua y cuanta más barbaridad que me ayude a llegar a conclusiones e inicios para el nuevo proyecto en puerta.

A manera de conclusión les recomiendo de hacer bocetos, tantos como puedan y crean necesarios, porque al final del día más vale el hacer un solo proyecto que se le haya sacado hasta la última gota creativa, a tener 40 proyectos sin alma ni intensiones que acaban convirtiéndose en simples construcciones y dejan de ser arquitectura.